De sus correrías juveniles por las calles del bario La Macarena de Bogotá, donde creció, Diego Robayo conserva no solo los recuerdos de sus primeros experimentos cinematográficos sino sus amigos del alma, cómplices también de su proyecto actual. Se trata de la productora audiovisual Macarena Films, que el director de cine bogotano creó para desarrollar producciones enfocadas hacia el área cultural, como la película animada 'Mutis: el oráculo del reino', que se acaba de estrenar en la Biblioteca Nacional, y se podrá ver hasta el 31 de enero de 2009.
El amor por el arte y la literatura, unido a los conocimientos de efectos especiales y animación que aprendió en ESEC de París (Ecole Supérieure d'Etudes Cinématographiques), le han permitido a Robayo ofrecer un producto novedoso, poco desarrollado en el país.
"Muchas veces -dice-, las entidades culturales encargan videos a productoras comerciales que no les ofrecen el nivel de especialización y conocimiento necesario para sus montajes o exposiciones".
Con esta experiencia, Robayo ya cuenta en su portafolio con dos películas animadas para las exposiciones de Boticelli y Véronèse del Museo de Luxemburgo de París, así como audiovisuales para el Museo la Tertulia de Cali y para el Museo Nacional. Además dirigió los comerciales para televisión y cine de 'Bogotá, capital mundial del libro', entre otros proyectos.
Un Mutis rejuvenecido
Para su proyecto más reciente ('Mutis: el oráculo del reino'), Robayo trabajó, entre otras personas, con sus amigos de barriada Julián Zalamea (en la codirección y guión) y Lucas Maldonado (en la musicalización y sonorización).
"De niños hacíamos cortometrajes que nos inventábamos los tres, influenciados por el trabajo de la mamá de Lucas (la cineasta colombiana Camila Lobo-Guerrero)", recuerda Robayo, de 35 años.
Luego de tres meses de investigación y producción, el resultado es una película animada de 14 minutos (con 140 planos), en el que se aprecia un Mutis treintañero y vital que responde, en diez preguntas, su experiencia al frente de la Expedición Botánica.
Una de las curiosidades, precisamente, fue el proceso de rejuvenecimiento del científico español a partir de uno de los pocos retratos que se conservan de él, ya muy entrado en años.
"Fue interesante porque comenzamos a quitarle papada, ojeras, arrugas y le pusimos el pelo negro. Y lo más sorprendente fue encontrarnos con un hombre bien parecido con muy buen casting", comenta el director.
Detrás de cámaras
Para la realización de la película, los creadores se basaron en cuadros de los siglos XVIII y XIX, y en fotografías de objetos y locaciones del Museo de Arte Colonial y de la Universidad del Rosario, de la que Mutis fue profesor insigne.
De esta manera, lograron recrear el estudio del científico español y vestimenta de la época.
Ante la ausencia de pinturas e imágenes que mostraran las costumbre de la época, los realizadores se apoyaron en varias acuarelas de la Comisión Corográfica para los fondos.
"Primaban los santos. Entonces nos tocó coger algunas acuarelas posteriores del siglo XIX, pero donde el concepto de la moda, por ejemplo el de los campesinos, no había evolucionado desde la época de Mutis", explica Robayo.
El director bogotano también comenta que para el guión se basó en varios de los principios de dramaturgia que siempre funciona para jóvenes y niños. "El héroe siempre tiene que tener muchas ganas por alcanzar su objetivo. En este caso Mutis, su meta, desde muy joven, por sacar adelante la Expedición Botánica".
En la actualidad, Robayo y su equipo trabajan en las animaciones para el nuevo montaje del remodelado Museo del Oro de Bogotá (próximo a inaugurarse) y en otro producto para el Castillo de San Felipe de Barajas en Cartagena.
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